Descripción
La pintura de María Teresa Molina no se limita a ser contemplada: se experimenta. Cada obra suya es una invitación a mirar más allá de lo visible, a conectar con lo esencial y reencontrarse con lo invisible.
Su proceso creativo nace del silencio interior y del universo simbólico, donde el color se convierte en emoción y la forma en un puente entre planos.
En su lenguaje visual, la belleza es verdad: una danza entre luz y sombra, una poesía del espíritu hecha materia.
María Teresa Molina pinta desde la frontera entre lo real y lo intangible, convirtiendo cada cuadro en un espacio habitable, un sueño compartido entre el alma y el cosmos.

